Conservando la calidad del producto y preservando las medidas de higiene y seguridad, en Bruñó hemos puesto a disposición de nuestros clientes un nuevo trabajo de cortado, envasado y etiquetado de melón y sandía, totalmente automatizado y con todas las garantías de Seguridad Alimentaria. En el caso del melón cortamos en medias piezas y en el de la sandía se vende en medias y cuartos.
¿Cómo lo hacemos?
Seleccionamos el producto de primera calidad y se realiza una higienización que elimina cualquier impureza en la piel. A continuación se deja escurrir hasta que la corteza no tenga signos visibles de humedad.
Una vez seco se deposita en la bandeja de la cortadora neumática y se realiza el corte en mitades o cuartos. Una vez partido se supervisa la calidad interna y se retiran manualmente las semillas que puedan quedar esparcidas por el corte.
El producto se retira y pasa a la cinta transportadora que lo introduce en la cadena automática de retractilado. La cadena envolverá inicialmente el producto con un film transparente, que posteriormente con calor en unos segundos crea la denominada “segunda piel”, que protege totalmente el producto.
Una vez retractilado pasa directamente al pesado y etiquetado. La báscula realiza un pesado automático de cada pieza, imprimiendo una etiqueta que incluye los consejos de temperatura de conservación y consumo. Una vez pesado y etiquetado el producto se envasa manualmente de forma que no se sobrepongan las piezas para evitar el aplastamiento de la pulpa.
Después del envasado el producto se conserva en frío hasta la carga y posterior transporte al cliente.